* Traducción literal de El Corte Inglés, uno de los centros comerciales más conocidos de España.
Cuando uno llega a un país nuevo a vivir,
una de las primeras necesidades que se presenta es la de conseguir aquellas
cosas de uso “normal” a las que estamos acostumbrados, por ejemplo algo tan básico como leche o
pasta de dientes. A la segunda semana
entra en juego lo que por aquí se llama the
western things, aquellas cosas que estamos acostumbrados a tener pero que
no es de uso normal por estos lados, por ejemplo la baguette o el queso. A la
tercera semana ya empiezan los caprichos, como el dulce de leche o el jamón
serrano que, demás está decir, es una necesidad casi imposible de saciar.
En este caso, como todos recordáis, mi
adorada Nice ha sido mi guía espiritual en este tipo de necesidades. Pero
extrañamente ocurría un fenómeno cuasi anormal cada vez que le preguntaba dónde
podía encontrar algo. Su respuesta siempre era la misma: at the market. Y no solamente eso, sino que además en su respuesta
se desvivía por describir las maravillosas cualidades del mercado, como si
fuera la directora de marketing de la cadena “Thaimarket”.
Los mercados por esta zona son mercados
itinerantes y según el día, toca en un sitio o en otro. Se montan y se
desmontan en el término de 3 horas. Nice llegaba cada día a casa y me decía “today Bang tao Market; today market in front of Fanta sea;
today market in Laguna.” A tal
punto se tomaba en serio su rol de
directora de marketing que terminó haciéndome un calendario de los mercados de
la zona y asegurándome que era mejor que el mismísimo supermercado inglés que
inunda toda la isla (¡Estos ingleses son unos colonizadores innatos!).
Evidentemente había que
ir al mercado y aprovechando que el jueves tocaba justo en frente del supermercado
inglés que frecuentamos, decidimos con Agus que había llegado el momento. ¡Había
que hacerse tailandés!
Desde la calle de enfrente,
el mercado parecía un asentamiento medieval de los caballeros que van a la
guerra. Creo que todas las tiendas más o menos asemejaban esa antigüedad. Pero
las luces que se reflejaban nos engañaron. El mercado era mucho más de lo que
advertía Nice: era un gran shopping callejero que nada tiene que envidiarle a
El Corte Inglés. Bueno, tal vez un par de cosas…
Con solo cruzar, nos
topamos con las frutas y verduras más frescas que se ven en Phuket. Todos los
tipos, sabores y colores. Obviamente nos sumergimos en esos puestos sin darnos
cuenta que nos rodeaba algo más que una verdulería: tiendas de ropa, librerías
de manga, fast foods de comida thai, videoclubes
y hasta una tienda con una variedad ilimitada de controles remotos/mandos vaya uno a saber para qué. Todo esto en no más
de 1000 metros cuadrados de barro y lluvia, bajo sombrillas tailandesas
amontonadas.
Si en los mercados de
Austria se encuentran las mejores trufas, en París los mejores quesos, en
España los mejores embutidos, os puedo asegurar que en Tailandia lo que
protagoniza todos los mercados es la sopa en bolsa de plástico! Creo que
nuestra cara de occidentales horrorizados lo decía todo. Tanto saltaba a la
vista el ser sapo de otro pozo que al final Agus terminó embaucado por la
tailandesa más anciana del mercado que se hizo el agosto con una sandía y un
millón de quilos de lichis semi podridos por un valor que superaba nuestros
gastos totales hasta el momento.
Al final del recorrido,
nos dimos cuenta que aún no estamos tan preparados para ser tailandeses, que
seguíamos prefiriendo Mac Donalds y pescado del Tesco inglés. Debo confesar que me sentí un poco decepcionada de mí
misma por ser tan occidental. Pero prometo seguir intentándolo hasta animarme a
comprar el pescado en el “gran” mercado.
yo solo te diria,que la próxima vez que vallas al mercado te lleves a nice con tigo,seguro que las cosas las compraras mejor jiji,pero ver ese mercado tal y como lo describes tiene que ser muy bonito
ResponderEliminarSiga intentando amiga! seguramente que le vas a encontrar la vuelta y que cuando estés de regreso en España vas a extrañar la sopa en bolsa jaja
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ResponderEliminarQué querés que te diga! A mí estas cosas me encantan y ya encontraremos la forma de adaptar los productos del mercado a nuestro gusto occidental.Por otra parte, la frase lo dice " A donde fueres has lo que vieres" ;)
ResponderEliminarAcordate, Luchi, que nos vamos a divertir un montón deshilachando esos mercados. Seguro aaaalgo encontraré para sacarle provecho a la situación.