miércoles, 12 de junio de 2013

Donde están los elefantes y los cocodrilos buenos


Desde que empezamos a preparar el viaje, la principal excusa para Ian fue que íbamos a ver los elefantes, a lo cual él siempre agregaba “y a los cocodrilos buenos”. Desde entonces, cada vez que mencionábamos Tailandia, él decía “Donde están los elefantes y los cocodrilos buenos”. Esa era su primera imagen inofensiva del país que nos esperaba, evidentemente más que creada por nosotros que por su propia imaginación. Y tanto insistimos en esa versión que su cuadro termino pintado con ciencia ficción: “tortugas de aguas con aletashhh; caracoles con aletashh y un tiburón bueno que sea de mentira”.
Al fin llegamos al país de los elefantes y los cocodrilos buenos y a pesar de mi escasa experiencia tailandesa anterior, volví a descubrir ese país extraño que hace muchos años atrás tanto me había impactado.

He aquí las primeras instantánea de unas jóvenes impresiones desde la ventana del avión:
Tailandia es en colores. Primera conclusión derivada de un intento fallido de Agus de transformar un  elefante en blanco y negro. Tailandia es en colores y quien diga lo contrario se las tendrá que ver conmigo.

Tailandia es pobreza. De esa que me recuerda a Latinoamérica. Pero la pobreza no miserable. La pobreza de la sencillez; la pobreza de la falta de higiene como parte de una idiosincrasia por donde no pasó la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Los huevos son huevos y no huevos de corral, orgánicos o de gallinas de jaula. Ese tipo de sencillez en donde lo natural es cortar la fruta del árbol y vivir de ello.

Tailandia es amabilidad. Aunque de algunos años a esta parte la gente se haya aprovechado de esa fama y cotice esa virtud como un bien de intercambio en euros.


Finalmente, Tailandia, que no había sido invadida nunca en su historia lejana, acaba de sufrir su primera invasión: los chinos y los rusos. Tailandia invadida por grandes vecinos de pequeños cuerpos, vestido con la mejor ropa del mundo en combinaciones tan “vanguardistas” como fosforescentes y flores plateadas. Pero seguro que dice Dolce Gabana! Y los rusos..bueno las rusas merecen un capítulo aparte.

Tailandia, a ver qué más cuentas...

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