martes, 25 de junio de 2013

En busca de los cocodrilos perdidos


Nuevamente un fin de semana de lluvia y nuevamente a inventar alternativas para la playa. Recurrimos una vez más a la listas de deseo de Ian y nos dimos cuentas que todavía no habíamos visto ni un cocodrilo bueno. Aunque lo habíamos engañado con iguanas enormes que cruzamos por la calle, seguía insistiendo en encontrar a sus amigos perdidos. Decidimos que había llegado el momento de buscarlos.

Nos vestimos de exploradores y partimos para donde imaginamos que estaban los cocodrilos. Digo imaginamos porque nuestro mapa fue un folleto de expediciones por un día, escrito en ruso que tenía una foto de cocodrilos, por lo que seguramente algo íbamos a encontrar.

Con el "GPS" Agustin llegamos a lo que parecía la entrada a la Selva. Nos recibieron unos elefantes más que lustrados y entendimos que ese debería haber sido el lugar de su “primera vez” con los elefantes. Pero bueno, ya todos sabemos lo que hace la desesperación y dónde terminamos aquella vez.

El camino hacia la selva tenía poco de tailandés y eso que es uno de los paisajes más propios de Tailandia. Los árboles crecían ordenados y enfilados; las aguas caían en perfecta armonía con la lluvia. Nos dio una sensación de naturaleza perfecta.

Al llegar a la entrada del recinto nos sorprendió un sonido ensordecedor, de esos que solo se escuchan en la selva, o eso imaginamos porque nuestro acercamiento más real a la Selva eran los dibujitos de Tarzán. Empezaron las apuestas de qué animal podría ser y llegamos a la conclusión de que los cocodrilos seguro que no.


Cuando nos acercamos, nos encontramos con el “Gibbons Projects”, una especie de rehabilitación de monos, que tiene como fin readaptarlos a su hábitat y mantenerlos a salvo de cazadores fortuitos. Una francesa de esas que quieren salvar el mundo nos contó que en el proyecto habían aproximadamente 60 monos. Y que los monos que eran cazados ilegalmente muchas veces terminan como atracción turística en bares, obligados a fumar y beber whisky o alcohol.

Ahí entendía un poco el tema de la rehabilitación y por qué el mono que mirábamos se llamaba Guinness. Pero me quedó más claro el concepto cuando nuestra guía nos mostró la lista de los monos con “problemas psicológicos”. Mi pregunta fue directa:

-          Problemas psicológicos?...
-          Si, tenemos monos anoréxicos, bulímicos, depresivos...

 Imagínense mi cara, intentando pensar cómo aquel mono bulímico/anoréxico podía llegar a tal estadio de enfermedad social! ¿Mirando la tele?¿Con madres obsesionadas por la silueta?¿Amor a la belleza?¿Qué diría Freud de esto?!

 Más atónita quedé cuando la francesa nos dijo que también tenían un mono que había sido mordido por su dueño. Nuestra cara ya desfigurada y absorta le permitió desdecirse y justificar el error por culpa  del idioma extranjero. 

Por suerte, Ian completamente ajeno a nuestra conversación adulta de monos, miraba aluciando como estos ex borrachos, ex fumadores, ex bulímicos, ex depresivos juagaban de liana en liana saltando y haciendo monerías, como si tuvieran toda una nueva vida por delante. Y mi decisión de contarle la verdad de estos monos, quedará para cuando tenga edad de poder leer el blog. Para qué empañarle una inocencia que lejos está de los problemas reales de los monos.

Seguimos por la Selva después de esta gran experiencia hasta llegar a una cascada soñada, en donde la mitad de la comunidad musulmana de estos lados se sumergía en sus aguas, vestidas de pies a cabeza. Una instantánea bastante particular, a falta del desierto que los acoge normalmente.

Cuando la pendiente se hizo más firme y los mosquitos más intensos decidimos que definitivamente no era el día de conocer a los cocodrilos. Que la experiencia de los monos había sido lo suficientemente extrema como para chocarnos con la posibilidad de encontrarnos con cocodrilos drogadictos, ludópatas o esquizofrénicos.

En fin... See you later alligator!


7 comentarios:

  1. :)) Y la carita de Ian es impagable! Lo imagino matándose de risa viendo saltar a los monos de liana en liana. Sí, no lo instruyas todavía sobre enfermedades psiquiátricas, por favor

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  2. Me encantó el relato. Sobre todo la carita de Ian seguramente imitando los gritos de los monos.

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  3. la verdad es que la carita de ian es muy expresiva todo ilusión y inocencia

    no vale la pena contarle lo de los monos borrachitos

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  4. Vaya aventura amiga! La última foto no puede ser más linda. Están hermosos

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  5. Que buenas experiencias Lu! Una mejor que la otra. Leí apasionadamente todo el blog. Un éxito todas las aventuras que emprendieron! Un beso grande y una alegría leerte después de tantos años sin vernos. Saludos.

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  6. Gracias Xime!!!un besote enoorme a todos x ahi.

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