Dicen que los niños comienzan a tener
recuerdos concretos de su vida a los 5-6
años. Pero tengo la gran
esperanza que alguno de nuestros momentos tailandeses
se cuelen en la memoria de Ian como un intruso o en los llantos de Mila en
forma de sueño y que se queden alojados en lo más profundo de su inocencia.
Pero si no fuese así, si ningún recuerdo
se hiciera lo suficientemente corrupto como para robarles un pedazo de su
memoria, he aquí estas instantáneas que les guardo en letras. Unas instantáneas
de aquella vida entre paréntesis, en un país que nos recordó que lo natural y puro sigue vigente a pesar de las
exigencias humanas; que nos enseñó que los miedos son adultos y la adaptación a
los cambios son de pequeños; que se nos tatuó en un verano cualquiera para no
borrarse.
Me hubiera gustado poder
contarles/aros a qué saben las frutas de Tailandia, cómo era mi barrio y la
lavandería de la esquina, los mitos que desmitificamos, las “occidentaladas”
que nos mandamos, el hermoso viaje a la isla de James Bond que hicimos, cómo
era la televisión tailandesa, los hospitales- hoteles que nos cruzamos y el
comercio de la sanidad, la historia de los reyes, de Taksin, el mundo tailandés
según Ian….
Pero sé que sabrán
disculparme porque mientras tanto estaba saboreando mi propia Tailandia, esa
que quedará como una estampa en mi memoria.
Hoy se me hace raro
llegar a mi casa y no sacarme los zapatos, no agachar la cabeza con las manos
trianguladas para saludar, no desayunar mango ni tener esa sensación de miedo
al picante ante cada comida, no esperar la toalla refrescante con olor a
lemongrass en ningún restaurante ni hotel, no tener las aglomeraciones de
thais alrededor de Mila, no cruzarme ni altares con ofrendas, ni tuk tuk de
colores, ni monjes en naranja, ni sopas en bolsas de plástico, no reírme ante el "same,same", no disfrutar las
historias de Um ni los consejos de Nice ni las cenitas con Flor (claro que sí!), no oler la tormenta, no escuchar a los
pájaros.
Hoy se me hace raro no
estar en Tailandia, aquel país que fue un paréntesis feliz en la vida de esta
familia de cuatro.
Sawasdee kaa Tailandia!
Luchi!!!! Me re emocione con este post, si te digo q casi me hizo llorar no me crees!!! Sos una grosa, me encanta como escribís... Claro que Siiii!
ResponderEliminarQue lindo haber pasado muchos de esos momentos con ustedes... la verdad que los voy a extrañar mucho :)
Segui disfrutando de las bendiciones que te de la vida, miles besos a los chicos, espero verlos prontito :)
Xxx
Flor
Florcita, te extrañamos!!!!!Y te esperamos de este lado del mundo.
ResponderEliminarPuff cómo me había perdido esta entrada tan linda! que bueno que estuvo este espacio para esa vida entre paréntesis. Obvio que siempre quedan ganas de más! besos amiga
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